¿Quieres tabaco o vela?.



Ella: “Tranquila, las brujerías duran ocho años. Luego se cae por su propia cuenta. A menos que la persona vuelva a removerlo”. Yo: Pero según mis cálculos llevo casi cinco años. ¿Tengo que esperar tres más?...

     Hace unos años conocí el problema de una conocida sobre su marido le montaba cachos. Era la segunda vez, pero con segundo hijo incluído. Esta vez –al parecer- era el definitivo. Ya no lo perdonaría. Su familia se estaba viniendo abajo. Entre el divorcio, su hija emborrachándose casi todos los días, el hijo menor ya no hacía caso, en fin, se estaba desboronando esa familia feliz que algún día fue…

Una amiga de ella le recomendó ir a una bruja (desconozco si era santera-palera-oloquesea) “Anda pa’ que te léan el tabaco’ le dijo. Ella no es muy creyente, pero fue. Era tanto el peo que no titubeó en ir. Hasta el sol de hoy se ha mantenido con ella. Actualmente sigue con su marido, su hija casi no sale y su hijo estudia dos carreras. ¿mal?

Yo viendo esa referencia y porque siempre me he dicho de ‘que vuelan vuelan’.  Un día fui. Estaba con su hija y la acompañé a la casa de esta ‘brujilda’. Aunque les soy sincera desconocía que iba a camino a casa de ella. Cuando llegamos veo que le están haciendo unos baños a una amiga de ella. Y yo: bien, ok. Pero también estaba mi conocida. Y me dice en forma de broma: ¿quieres chequearte? Y yo: ¿por qué no?. Ese día estaba allí por espontaneidades de la vida y no quería desaprovecharlo.

Luego de que terminara los baños de mi conocida, la hija y su amiga. Me dice: Vente, pues. ¿quieres tabaco o vela?. Yo como no soy muy amante del olor del tabaco decidí por vela o ‘la luz’ como le dicen por allí.  Me di cuenta que tiene pocos santos y otros que no parecían en una tablita. No sabría decirles quiénes eran. Yo desconozco mucho de ellos y para mí todos las vírgenes se parecen, fin. Prendió la vela. Estábamos en su sala-comedor. Como yo no tengo nada que ocultar le dije a mi conocida que me podía acompañar. Con tal, qué tanto podría decirme.

Rezó cosas, muy rápidas, no pude escuchar bien lo que decía. Pero sí le entendí cuando dijo mi nombre completo (que ya anteriormente yo le había dado). Comenzó a decirme nombres, descripciones de personas, yo no recordaba, momentos en los que yo he estado, los novios que he tenido: “Has tenido cuatro novios. Uno de ellos bajito, blanco, cabello lisito.” Y yo: Sí, yo sé quien es. ¿qué pasó con él?. Y seguía diciéndome cosas: “A ti te echaron una brujería con santos. Yo con santos no trabajo porque ellos matan animales y hay que ir a cementerios y eso no es lo mío. Esas personas que trabajan con eso mueren de cáncer. Pero aquí se ve clarito que te hicieron un trabajo. Pero tienes un protector arrechísimo que no deja que caigas en eso. Estabas con unos amigos en un sitio donde había como una playa, cerca una cancha. Tenías un sombrero. Te echaron algo en una bebida, pero no te hizo efecto porque tu tienes a alguien que te cuida. Te tomaron una foto en esa reunión y con esa foto, te hicieron la brujería”. Yo: (SORPRENDIDA). ¿pero cómo es la persona? ¿dame nombre, descríbe?. Ella: “Es una mujer, muy así, como foshuelearepa, trigueña. Ella te odia por el simple hecho de que le caes bien a todo el mundo. Ella también hizo ese trabajo para verte perraencelo, gordayfea, sin amigos”. Yo: (SORPRENDIDA). ¿pero qué hago? ¿cómo tumbo yo ese trabajo?. Ella: “Déjame consultar y recomendarte a otro porque yo no trabajo con eso”.

Y bueno, no es que yo quiera decirles: miren, recomiendo a esta bruja porque sabe y esas cosas. Yo respeto a cada quién y en sus creencias. Pero les aseguro, que todo esto que le estoy escribiendo en este momento ha pasado de verdad. Y puedo dar fe que desde ‘esa reunion’ yo estoy gorda, ya esos panas han desaparecido y bueh… lo demás se cuenta solo.

Yo siempre he creído de que hay ‘cierta’ verdad en eso de los fantasmas, porque sinó ¿cómo se explica de que hagan cuentos, películas y testimonios?.


Por otro lado, jamás me hubiese imaginado que una persona puede mandar hacer una brujería porque ‘les cae bien a todos’. ¡Por favor, qué infantil!. Yo jamás le he hecho mal a nadie para que me arruinen la vida así. Me la ha arruinado por casi cinco años. Qué arrecho… y de seguro esa caraja, delgada, casada y hasta con hijos. Porque sé quien es, pero los años de la vida que no la he vuelto a ver…

La verdad, le doy gracias a Dios que yo vengativa no soy. Pero de tener la oportunidad de ‘tumbareltrabajo’ no quisiera que se le devolviera el mal. Que el karma se encargue de su alma…

PD.: Es lamentable que yo no conozca un ‘santero’ y que no cuente con plata suficiente para hacerme el ‘despojo’ o ‘tumbatrabajo’. Porque ya quisiera de una vez vivir…



…años sin cog*r.

"Cuando yo estaba delgada"


El diario de una exflaquita.

Hace unos meses un amigo me dijo: “Morocha, tu deberías abrir un blog que se llame Diario de una ex flaquita”. Sobreentendiendose que ya llevo unos cuantos años que no lo soy.

Él siempre me dice: “cada vez que hablas de novios o jujús dices que ‘cuando estabas delgada’. Que ‘en el año tal cuando estabas delgada’, que hasta te la tirabas de put* porque siempre regresabas a tu casa con alguien que te habías levantado esa noche en el bar de turno. Siempre me has dicho que no tirabas, pero que sí te dabas los besos y le hacías el oral. Pero siempre, siempre comienzas el cuento con que ‘cuando estaba delgada’. Abre un blog y escribe ese antes y después. Esa infelicidad”.  

Yo le tomé la palabra, pero lo haré en posts. No se cuántos post surjan de este tema, pero bueh, al menos lo intentaré.

No es la primera vez que escribo sobre mi gordura. Antes lo hacía, pero sin darme cuenta que estaba delgada. Ahora que lo estoy, me arrepiento de no haber aprovechado esos momentos. De no haber tenido un romance con aquel zuliano, de no tirar tanto con mi tercer novio, de no ir mucho a la playa-piscina, de no dejar que me vieran por mas de dos minutos mis senos, de celar…

Mi mente de gordita siempre ha existido incluso cuando no lo estaba. Es por eso que cuando estuve delgada me cohibí varios romances porque ‘me sentía gorda’. Mi cabeza decía: ¿te imaginas que quiera tener sexo?  ¿Cuándo te vea la panzota? ¿la espalda? ¡por Dios! La espalda horrorosa que te gastas. Esas piernas, terrible. Das asco. Mi autoestima en su punto mas bajo.

Lo de flaca-demacrada fue cuando tenía entre quince y dieciséis años, lo de ‘delgada’ cuando cumplí los diecinueve o veinte. Pero mi etapa más ‘wild’ fue en esa etapa de ‘delgada’. En el que conocí más a fondo el bochinchito, el sexo y la sociedad.

Recuerdo que salía casi todas los miércoles a sábados por la noche. Sola, a tomar a solas y a suspirar por el idiota que me dejó. Siempre andaba despechada. Siempre se me acercaba un hombre y me preguntaba: ¿qué tienes? Y yo solo me limitaba a responder: Estoy despechada. En su mayoría terminaban ‘aconsejandome’ y dándome de tomar para que acto seguido terminar en su carro besándonos, entre otras cosas…

También me induje en el movimiento rocanrrolero. No faltaba el rockerito que me quería cog*r. La mayoría sin carro, pero querían en el césped, banquitos de residencias, ‘en la casa del pana tal’, en azoteas y así…

En resumidas cuentas, en esos días de delgada era la ‘cogible’. Lo que ahora estoy totalmente lejos de ser.

Yo puedo contarles las innumerables: ‘Cuando yo estaba delgada’ en este post y escribir dos líneas del ‘ahora’ desde que soy gorda. Refiriéndome en cuestiones del amor-sexo.

Es que en mi vida había tirado más cuando estaba delgada que gordita. Y eso que me sentía gordita, pero tiraba. Así, como que si no hubiese un mañana…

Yo me volví gordita y con ello se fue mi encanto. Ya los hombres no me ven como antes. Ya en los bar de turno no me preguntan: ¿Qué tienes? ¿te pido un cocktail? O al menos, el tú me gustas…

Ya ni los hombres feos se acercan, ni los ebrios que te ‘ven bonita’. Nada. Eso se acabó. Años sin saber que es ser cotejeada, años sin que me seduzcan o de yo seducir, años… años… años…

¿Cómo hacen esas gorditas que singan a cada rato? ¿Que tienen novios que están locos por ella? ¿Que no le son infiel? ¿Que le piden matrimonio? ¿Que les queda bien la ropa? ¿en donde regalan autoestima, vale?


PD.: …años sin cog*r.

No te aferres.


“Así es la vida, morocha”

En estos días estaba pensando en él –en mi gay favorito-. Pensaba que teníamos meses sin vernos, en que me estaba malacostumbrado a sus favoritéos, a sus retwittéos, sus DMs, sus mensajes de textos, en fin… me estaba malacostumbrando a él.

Todavía –a veces- siento que lo escuchara hablar. En esos momentos que estoy en la buseta, cuando mi cabeza está en reposo, me vienen frases características de él y me sonrío un poquito mirando hacia los lados para no sentirme tan tonta.

Yo no estoy enamorada de él, pero creo que de ser otras las circunstancias estaría perdidamente enamorada. Él a veces hace que pierda la cabeza, me vuelvo estúpida, intensa, loca por agarrarlo y caerle a besos y decirle ¿por qué me haces esto? ¿por qué eres gay? Te odio.

Pero es entonces luego de que él me sienta y me dice: “Morocha, cálmate, nosotros solo podemos ser amigos. Soy marico. Entiende.”. yo caigo en cuenta, me fumo un cigarro y pienso que es imposible…

El hombre perfecto es gay.


La bisexualidad no existe. O te gusta una vaina o te gusta otra, pero las dos no.

En estos días un amigo me decía: Morocha, no te metas en tramoya de maricos. Eso me lo decía mientras yo había terminado de comentarle una vaina que leí y me pareció desagradable.

Desde hace un tiempo he estado rodeada de maricos. Mi mejor amigo se declaró gay hace dos años y medio y por esto que me he visto en ese ambiente. Él tuvo novias antes de declararse. Es por eso que él dice ser bisexual, aunque yo no crea eso.

No se crean. Me he llevado mis cuantos insultos por decir que no creo en la bisexualidad. Pero, luego de seguir como a tres psicólogos en el Twitter vas creyendo poco a poco de que verdad existe.

“Uno nace bisexual” twitteó un día un psicólogo. Creo que era más bien citando a Freud. No estoy segura. Continuó: “Uno nace bisexual, en el camino es que te vas desviando para cual te sientes atraído”.

La verdad yo siento que soy heterosexual hasta la última fibra de mi ser. En preescolar sentí celos porque ‘José Gregorio’ le gustaba ‘Jenni’ y no yo. En Primer grado me gustaba ‘Carlitos’, en segundo ‘Richard’ y quinto ‘Fernando’. En octavo ‘Linares’ y en noveno ‘Torres’. Y así sucesivamente.

Hace un tiempo una pana bisexual me dijo: “Moro, lo que pasa es que tu no has estado con una mujer que te lo haga bien. Además la mujer te comprende más que un hombre.” Comentario trillado hasta el sol de hoy.

Yo estuve en un trío con dos y… seca. Ni escalofrío me dio.

No es necesario estar con una mujer para saber que no hay ‘chiste’. Los dedos, solo eso. Los dedos. ¿y qué más? Nada.

Al final, lo que importa es el amor. El feeling que hay. Las caricias y el toquetéo. Que sencillamente lo puedes hacer con un hombre. Es lo mismito, pero a diferencia que este viene con puya.

Simplemente no le encuentro el chiste de ser lesbiana, pero sin embargo, los respeto. Hay mujeres que se dejan ver. Yo me las buséo. Un psicólogo dice que eso no es tener dudas de tu sexualidad, es como cierta envidia sana que tienes de ella. Y bueno, la tendré…

Mis padres son homofóbicos, mi familia es un poco cerrada en cuanto el tema, mi hermana tiene misteriosa procedencia. Yo, los paso, me caen bien, normalito…

Tengo una fijación con los hombres maricos, pero no los fuertes, tranfors, loca, no, por los que son seriecitos. Creo que hasta esta fijación tiene nombre en el diccionario. Qué arrecho… Yo y mis imposibles…

 Tengo cierta admiración por los hombres gays. Se fijan en otros hombres, tienen sexo anal y se cuidan de sí mismos más que una mujer.

Es que en definitiva, en mi otra vida quisiera ser hombre y gay…

PD.: Las tramoyas entre maricos son las peores. Te echan abajo con cualquiera. Caer en la lengua viperina de una de ellas es matarte lentamente. Mantente alejado. No las provoques.

Besos…
 

Al ‘raton moral’ hay que tenerle miedo.


Es un estúpido por haberte dejado. ¡bebamos!...

Hoy en día tengo 25 años. Sola, gorda y fea. Sin trabajo, ni novio y ni cincuenta bolívares para comprar cigarros. Y lo más importante, años que no me han roto el corazón. Años sin sentir ese despecho maldit* que acaba con el alma, con los huesos, con uno…

Y les soy sincera, a veces extraño el despecho. Uno llega a estar tanto tiempo ‘despechado’ que comienza a malacostumbrarse y se ha de sentir bien con ello. Pero tengo dos años que no me siento así. Y puedo agradecer al respecto.

El despecho para mí en cierta forma me gusta porque me hace abrir Microsoft Word y me hace escribir. De lo que siento, de lo que veo, me hace drenar, me hace darme cuenta en lo que esta mal, en lo que estoy bien, en lo podrida que esta este mundo con los hombres, en lo existencial que yo podría llegar a ser…

A veces no entiendo los despechos de otros. Hay unos que le dan por salir a destruirse con sus amigos y otros que le dan por ver televisión, escuchar música e ir al cine con su mejor amig@. Yo soy más del primero que del segundo. Creo que de sufrir el segundo me estaría ahorcando con la sábana de la cama –hipotéticamente-.

Creo que los que tienen el primer tipo de despecho olvidan más rápido. Están más activos, con su cabeza pendiente de una bebedera, pendiente de quién compra qué, en dónde es el point para reunirse y que de seguro conocerá otras personas que hablarán de cosas ‘interesantes’ que no sea del ‘desamor’. Este despecho da el ataque cuando uno está más prendido que borracho. Al ‘ratón moral’ hay que tenerle miedo. Este despecho aunque no lo crean tiene horario. Dura alrededor de cuatro a cinco horas al día de los findecitos. Mis despechos son así con la diferencia que regresan al otro día con todo y resaca, L.

Mientras que el segundo, creo que es más tipo despecho de entregarse. Es el despecho más intenso. Este despecho te va a matar lentamente si tienes una vida rutinaria, por ejemplo: llegas a las cinco de la tarde del trabajo y ves televisión, o escuchas música o sales al cine; date por muerto. Y más con ese celular al lado sin sonar. Tienes tu cabeza más en qué quieres escribirle para ver si hay oportunidad de volver que en vez de buscar cosas que hacer; de entretener la cabeza en otras cosas. No me pregunte ¿qué cosas? porque yo nunca he podido hacer esto.

La verdad es muy distinto cuando no eres tú el despechado si no algún conocido. No sabes qué aconsejar ya que tu eres el peorcito en cuestiones de despecho. Por ejemplo: Yo siempre soy la que sufre, la que se entrega al despecho, la que llora, llama borracha, cuenta todo el peo, la borracha-impulsiva pues, y no como el ‘reservado’ que está como si nada en la vida, como que no le doliera. Yo no pudiera. Yo tengo que decir lo que siento porque sinó, no estoy bien. Escribiendo(le), contándoselo a una amiga o a un extraño en alguna bebedera, pero desahogándome.

A veces uno no sabe qué reacciones pueden tener las personas más allegadas a ti en cuanto al despecho; ya que en tu vida, en esos años que tienes conociéndose nunca la has visto despechada. Esa persona te ha visto en tus peores momentos de despecho, te ha calado las borracheras, los vomitos, las canciones, los gritos que le haces al ex que no está, en fin, todo, pero nunca sus despechos.

Uno no sabe qué hacer, qué decir, qué aconsejar. Yo no sería la persona adecuada para aconsejar ya que la cago a la hora de despecharme. La cago de forma considerable que sería estúpido de mi parte aconsejar lo que hago.

Yo simplemente lo que puedo hacer es acompañarlo en su despecho mientras bebo, fumo y le digo: Es un estúpido por haberte dejado. ¡bebamos!...