Besada por muchos amado una vez.

"El primer beso tampoco se olvida".


Comienzo contando mi primer beso. Estaba en 7mo grado. Ajá, un poco tarde, sobreentendido que otras niñas su primer beso fue en Guardería. Ok, yo era obesa, y en todo el sentido de la palabra. Ahí se explica más o menos el por qué de mi tardío besito. En fin, comenzó gustarme un chico. A finales de 6to grado recuerdo. Soñaba de que algún iba a voltear a ver detrás de mi pupitre e iba a pillarlo viéndome. Verlo, era electrizarme toda, me moría porque me dijera aunque sea: pásame el borrador. Cuando la profesora quería que formáramos grupo, yo estaría al ladito de él para que me escogiera; pero que va, todo era en vano. Nunca lo pillé viéndome, ni me pidió el borrador y fueron muy contadas las veces que hicimos grupo.



Él era que resaltaba más en el salón, era cómico, bailaba muy bien y se podría decir que hasta uno de los más agraciados – para mi, obvio- buen compañero, cariñoso, y esos ojitos… me mataban. No era la gran cosota, si les soy sincera, estatura media, rellenito, trigueño y esos ojitos marrones miel, que hacía que me impregnara en todo el medio de las dos cejas. Pero epa, tenía su defecto, no todo era finísimo en él, tenía la especial cualidad de mujeriego. Vieron, desde pequeña me persiguen así… malotes. Qué puedo esperar…

Ajá, pese a todo eso, me gustaba pues… Me acuerdo que inventaba miles y excusas para saber cosas de él, qué le gustaba, cómo era su mujer ideal, etc… Me acuerdo un día, en el que “el chismógrafo” estaba de moda. Todos tenían su cuaderno – las niñas sobre todo- e inventaban preguntas. Hacía cuán cuadernito pasaba por mi pupitre. Eso sí, me cercioraba primero que él ya había respondido. Y si no era así, mandaba a mi compinche a que lo convenciera de hacerlo. Siempre tienes que tener un/a aliado/a en todo.
Soñaba cada día de cómo podría enamorarlo, qué tema le gustaría conversar, si alguna vez me había tomado en cuenta. Todo eso pasaba por mi cabeza. Escuchaba una canción y me recordaba a él. Recuerdo haber llorado dos veces. La primera, lamentaba que no se había fijado en mi, por mi físico y la segunda por arrechera, porque se burlaba de mi por la misma razón anterior.

En el salón, yo era la más extrovertida, la pana de todos, inclusive de él. Todos jodían, me echaban vaina con respecto a mi peso, pero yo lo tomaba relajada, hasta yo misma hacía chistes. Claro, poco a poco se dieron cuenta que él me gustaba y los chalequéos no eran nada normales. Los profesores parecía que hubieran hecho complot con todos. Ya se sabía en el salón y en parte del colegio que estaba babiadita por él. En los bailes con él, en las dramatizaciones con él, todo con él… y él como que también le gustaba la cosa porque luego, comenzó a quererse poner en grupo, a sacarme más conversación, me jodía la paciencia cómo no tienen una idea, entre otras cosas…



Un día, no se me olvida… teníamos que reunirnos con la excusa “de un trabajo” yo contentísima porque iba hacer en su casa. Iba a conocer a su familia, cómo vivía y todo eso. Casualmente vivía cerca de mi casa. Ya me imaginaba él yendo a mi casa todos los días jajajajaja…

Ok, estábamos reunidos, los del grupo del trabajo y una amiga extra que me la llevé para que lo conociera. Éramos tres hombres y tres mujeres. Y él, sin más ni más, nos dice para subir a su techo. Que allá podríamos hablar, comer y hasta jugar. Claro, para ese entonces estaba de moda también “La botellita”. Lo menos que hicimos fue hablar y comer. Fuimos directamente a jugar esa tal botellita. Yo, si les soy sincera, estaba nerviosísima, estaba casi, pero casi cerca de darle un beso al chico que me traía derretida desde hace algún tiempo. En fin, recuerdo que eran tres opciones, el media luna, piquito y latazo. Los que nos encontrábamos ahí, prácticamente eran aliados míos, nos teníamos que besar esa tarde porque sí. Pero para mala leche mía, no tocábamos. De hecho, ya estaba aburrida la cosa porque siempre se besaban los mismos. Hasta que una amiga mía dijo: Ya, los únicos que no se han besado aquí es Richard y Paye (así me dicen los que estudiaban conmigo); yo apenadísima, temblando, con ganas de hacerlo y no hacerlo… él dispuesto a darme el beso, le parecía lo más normal, para él un beso era fácil de darlo… pero para mi no, iba hacer el primero y más aún, de él. Para mi, de verdad, era en serio. Cerré mis ojos y de la nada puse mi dedo índice en la mitad de mis labios… decidí media luna, yo sabía que no me lo iba a dar como yo quería. Parecerá cursi, pero bueh…



Mis amigas me dijeron, ridícula, perdiste la oportunidad y miles de cosas… yo, luego, me arrepentí. Llegué a mi casa preguntándome por qué no le había dado el beso… y así, hasta que, el día siguiente, en la mañana, a la hora del recreo, nueve y algo para ser exacta. Escuché una conversa de él con sus amigos Y AMIGOS MÍOS SUPUESTAMENTE: Besé a Movidick.

La verdad, recordarlo todavía me duele. Escuchar que el chico con quien soñabas cosas tan lindas, hasta casarte y llegar a viejos te descalificara de esa manera tan horrible.
La sangre me hervía, todo se me nubló, no entré a clases, me arreché y fui a llorar a la cancha, en una matica que había bien escondidita por allá. Lloré hasta que me cansé. Eso para mi fue lo peor que me podrían haber dicho… y más de él. Sí, lo sé, soy sensible.



Me decepcioné, me decepcioné mucho… le agarré rabia por unos meses, le dejé de hablar… pero luego, lo disculpé. Cada vez que veía que estaba pensando en él, ponía ese feo recuerdo de él diciéndome Movidick y así frenaba mis sentimientos. Aunque por dentro me moría de amor. Rompí todas las cartas que le escribía. Ajá, sí, era las típicas que escribía cartas de amor, ¿Y?. Ya no llamaba con nombres falsos a su casa para escucharle la voz. Jajajajajaja, sí, también lo hacía. Y se me desapareció esa enorme ganas de sacarlo del salón, llevarlo a un sitio solo, pegarlo de la pared y besarlo rudamente jajajajajaja…

Y así pues… fue mi primer beso, bueno, es decir, mi primera media luna jajajajajaja… vale destacar, que actualmente somos muy buenos amigos y bromeamos cada vez que nos vemos de las cosas que hacía por él y él a mi… no, nos hemos dado ni un besito desde aquella vez.


Desde ahí, me gustaron muchos chicos, eso sí, gustos pasajeros, de esos que los que ves: ay qué lindos y ya… se te pasó. Pero nada de que el gusto te duró meses y besaste a todos ellos, no, nada de eso…


Luego de él, si podría decir, que me gustó algo parecidamente a como me gustaba Richard – el chico de la secundaria – y fue a mis trece años. Estudiaba Quinto año y vivía en Maracay. Era el primer chico que me invitaba a salir, iba casi todas las noches a mi humilde casa, me encantaba que lo hiciera. Me llamaba, eso me emocionaba enormemente, nadie nunca lo había hecho. Era feliz, un hombre llamaba a mi celular. Parecerá absurdo, tonto, tómenlo como quieran, pero para mi era demasiado. Nos conocimos por chat, uhmm, recuerdo que era en la pág, mipunto.com, en la sección de terraza, esa pág era el bum para aquél entonces en Maracay. Hablábamos demasiado, ufff, durábamos horas escribiéndonos. Hasta que nos conocimos y ya no hablábamos por medio de una ventanita de chat, ya era en mi casa. Durábamos horas y horas y horas hablando cualquier cosa… se hacía de madrugada y él nada que se quería ir, algunas veces era yo que sin querer le decía que se fuera, y otras, mi malhumorada madre.


Recuerdo y lo que más aprecié, era que cada vez que iba a mi casa me llevaba una matica, de esas que son finitas y no tienen muchas hojas, la verdad, no sé como se como se llama, pero era tan lindo ese detalle, que poco a poco fue interesándome más y más. Dos veces me llevó chocolates y su envoltura las guardé hasta hace poco que lo encontré en mi cartera vieja. Ah, las maticas recuerdo haberlas metido en un porron pequeñito, tenía varias ya y un día, regresando de clases, fui a verlas y mi madre las había botado. Me alteré, pero bueh… Y poco a poco, estaba llegando ese “amor” que aquel niño de la secundaria había acabado. Claro, para ese momento ni pistas de él, solo me interesaba ese baterista, drelúo, FLACO y alto y por qué no decirlo, chavizta jajajajaja…

Mi mamá se puso en contra de lo que era “eso” lo que teníamos nosotros (entiéndase que no éramos novios ni nada) simplemente salíamos. Conocí muchas cosas con él, entre ellas el rock. Los vicios que tengo no se las debo a él, que quede claro, ese muchacho no fumaba y si se metía vainas, no lo sé, porque nunca lo vi con actitudes incorrectas. En fin, muchas veces dejé de verlo por culpa de mi mamá. Me perdí a varias de sus presentaciones por culpa de ella. Y eso hizo que me pusiera más rebelde de lo que ya era. Me escapaba para verlo. Pero, él de un modo gentil me decía, llama a tu mamá y dile que estás conmigo. Hablaré con ella y le daré mi número de celular para que ya no se preocupe. Yo le decía que no, que iba a cometer el peor de los errores al darle número de teléfono. Y en efecto, así fue. Se conocieron, se cayeron bien, cosa que me pareció rarísimo, porque mi mamá cada vez que discutía hablaba paja de él y tal, pero cuando salíamos, su celular no dejaba de repicar. Me descontrolaba cada vez que repicaba su celular y era mi madre.


Ya habían pasado los meses, y yo esperaba el siguiente paso de él, el de pedirme ser su novia o aunque sea un beso verdadero, de esos que veía en las novelas que movían las cabezitas.

Eso pensé, hasta que una noche, salimos a un local nocturno, tocaría unos panas de él y toda la cosa y estaríamos ahí. Esa noche lo noté nervioso. Y yo: ay, hoy sí, hoy si se prenderá la fiesta jajajajajaja… Llegamos al local y tal, nos sentamos en una mesa y… comenzamos hablar, normal, hablábamos con su panas, etc. Él bebía rápido, pillé la cosa y le decía que se calmara, él me respondía que estaba bien, que me tranquilizara. Primera vez que lo notaba así a decir verdad. Se prendió y yo… bueh… andaba media palotiadita también… pero más él, imagínense, yo estaba comenzando a beber en mi vida y él, no era un chico bebedor… entonces, comenzó a decirme muchas cosas que ya me las imaginaba desde mucho antes. Pero, con la nueva noticia, que se mudaba para el exterior y que lo nuestro no podría funcionar. Ok, respiré profundo y no omití ningún ruido ni nada. Pues, días antes mi mamá ya había hecho las diligencias para que me fuera a estudiar a otra ciudad. Eso sí, esa noche y hasta el sol de hoy, no me di ni un piquito con él. A partir de esa noche, todo cambió para nosotros… actualmente, somos panas y él está en el extranjero haciéndole favores a panas en comprarle mercancías allá para luego enviárselas acá a Venezuela, ajajajajaja… ah! Y trabaja en una tienda de música o algo así.



Y bueno, qué les puedo decir… ya estarán sacando cuenta los años que duré para besar, ¿cierto? Y si me preguntan ¿Cómo aprendiste a besar? O… ¿quién fue entonces el primer beso tuyo? ya algunos sabrán la respuesta, pero otros quizá no. Él. Jajajajajaja, ajá, sí, el mismo de mis escritos. Eso responde a la segunda pregunta, pero respondiendo a la primera, agradezco mi antebrazo y las novelas de venevision.

Después de él, he besado a varios… pero, cómo dicen por ahí: Lo que es el primer amor y el primer beso nunca se olvida. Lo demás se lo dejo a modo de conclusión.

Besos para todos…

Groseramente feliz [y él también]

"Uno es feliz como mejor le parezca"


Estoy feliz. Sí, y puedo gritarlo y brincar en una patica. Creo que hasta puedo contar los meses que llevo así. Cuatro meses – número favorito mío, por cierto – sí, si, juraría que todo cambió a partir de mi deseo de cumpleaños. Lo sé, parecerá marikera, pero es en serio… Mi relación con mi hermana mejoró y espero que siga así, mis padres reconciliadísimos, claro, mi madre ni por eso mejora su carácter; pero bueh, árbol que nace torcido… tengo nuevo círculo de amigos, a los que si vale la pena calificar como amigos, de esos a que puedes confiar, compartir, y hasta pedir prestado jajajaja... Me va bien en el instituto, claro, sin meter mis inasistencias, pero voy bien. La relación acalorada que tenía hace un tiempo atrás con una tía, buenísima, mejor no puede estar; ya hasta me habla más que antes. He viajado, he conocido nuevas personas, personas que es muy agradable haberlas conocido, en fin… qué les puedo decir, TODO va bien… aunque… el corazón ande malito.


Y está así porque quiero, no porque no se me han presentado las oportunidades. Y me enerva. No sé que espero ni sé quien estoy esperando… es arrecho estar en esta situación, en serio. O sí, si sé, pero no lo quiero admitir. Y ese es el problema, es lo único que no hace que sea completamente feliz.

No saben como me arrepiento el día ese… el día en el todo estaba predestinado ha juntarnos. Y aunque yo le eche la culpa a mi amigo (sin tener culpa) por hacerme conocer la pág en la que ese chico – el idiota – era web master y que ni idea de cómo dio conmigo, de cómo pudo haberse metido tanto en mi cabeza, en mi vida. Quisiera, realmente quisiera que pum, desvaneciera todo lo que me hace pensar en él… nojó, ni que me hubiese tratado de las mil maravillas. Y es que, es verdad lo que dicen pana: Mientras más mal trates a una mujer, ellas siempre estarán tras de ti. Ahorita no vale la pena escribirles nada sobre él, más de lo que ya le he mencionado en mis anteriores escritos… pero oye, ha durado bastante mi… ¿pretensión? Mi… ¿afán? ¿verdad?... Ni sé como catalogarlo.

Lo único que sé es que no he podido tener una relación como la que soñaba antes de conocerlo a él; y en el que ahorita, por supuesto, ha cambiado, pero no dejo de empeñarme que podría ser como cuando tenía once.

Y él, él es feliz. Aunque a veces dude de eso. Pero él se encarga de hacérmelo saber. Pero, como estoy, estoy bien. Cada uno es feliz como mejor le parezca.

La verdad, si su fama va viento en popa, si gana más, si su familia lo idolatra, si ya consiguió la chica de sus sueños… me alegra. Me parece bien, además, no es por nada, pero se lo merece; pese a todas esas cosas que hacen que lo odie algunas veces.
Me despido, y espero no haberles aburrido con este escrito (hablando de nuevo de ese chico). Pero, ¿cómo le hago? Me hace bien escribir y tocarlo en cada escrito. Parece loco todo esto, pero él es que hace que escriba…. En fin, ya…


Besos…


PD: Pendiente, el otro escrito se va hacer mención de él nuevamente jajajajajajaja… no es broma, es cierto. Jajajajajaja…

Mamá, más tarde lo hago.



Inconstancia.


Siglos sin entrar por acá y se me ha hecho acto de presencia ese gusanillo loco de volver a escribir. Eso me pasa constantemente, comenzar alguna cosa y no estar persistente en ello. Y si me pongo analizar bien la vaina, así es y ha sido, hasta ahora, mi vida: un comienzo que nunca termino. Es raro, pensé que solía suceder solamente a la hora de escribir, pero resulta que no es así; pasa con mis relaciones, con mis actividades cotidianas, con mis estudios… siempre dejando las prioridades para más tarde.

Lo peor es que lo sé y no hago ni el más mínimo esfuerzo para remediarlo. Creo que se me olvida. Y NO ES EXCUSA, lo sé, pero pasa.Por ejemplo, como escribir. Desde hace algún tiempo creé este blog, siete meses si no mal recuerdo; con la intención de plasmar todas las cosas buenas y malas que han sucedido en mi vida y que quizás algunas personas han pasado por algo parecido y quisieran compartir conmigo. También, para que los mismos protagonistas de mis relatos, si alguna vez llegan a leerlo, sepan que forman parte de mí. Entonces, el punto es que dejé de hacerlo. Dejé de escribir acá, me olvidé que a lo mejor “tengo” seguidor@s que siguen o seguían una a una de mis historias o anécdotas loquísimas y que retomo cuando se me da la real gana. Todo siempre ha sido así y es a lo que voy y caigo y me enrollo. No soy constante y puedo, en este caso, a perder mis seguidores. No soy firme en las cosas que hago, no las mantengo activas. Y sí, quizás, tomé como ejemplo este, y parecerá absurdo pero para mi significa mucho.Acá les va otro ejemplo para ver si me entienden un poco más a lo que me refiero. Mis estudios. Desde hace cuatro años estoy tratando de estudiar una carrera que desde pequeña me fascinaba, al extremo que para mis siete años de edad ya leía libros sobre el mismo. Era impresionante y me decía constantemente: Cuando sea grande quiero estudiar esto porque me gusta y porque hay campo y podré ganar platica – el dinero siempre por delante – y pensaba esa mierda a mis siete años; es arrecho, es arrecho jajajajaja...Llegué a mis diecisiete, me gradué de bachiller y vaina, y me consiguieron, casi que enseguida el cupo para la carrera que ansía desde pequeña. Contentísima pal coño me puse, el peo es que era en otra ciudad, pero qué carajos, era la carrera. Me mudé y entre una que otra inquietud me decía a mi misma: es la carrera Yanerlys, no pongas PEROS y estudia que esto es lo tuyo. Pero que va, los PEROS pudieron más, que si la gente, que si el ambiente, que si esto, que si lo otro… y bueh, me regresé a mi ciudad natal. Pensé que regresándome ahora sí iba a estudiar, que sí le iba a echar bolas estudiando lo que tanto deseaba desde niña. Pero no fue así, trabajaba y estudiaba. Estudiar en la noche es jodidísimo. Es de admirar a las personas que lo hacen. Qué arrechas son. Yo la verdad no pude, quizás también aportó mi flojera algo en todo esto. Porque si al haber vamos, yo no era la única que estudiaba de noche son cientas que también lo hacen y miles que ya se han graduado. Y es que no hay excusa, no la hay y yo misma me odio por eso.Decidí retirarme, no me pregunten el por qué, pero lo hice. Obviamente, la familia me cayó toda encima. Que si esa era la carrera que te gustaba tanto por qué te retiraste, que si tu hermana estudia contabilidad te podía ayudar (sobreentendido que soy mala para los números), entre otras más habladurías…Ok, la vaina es que ni yo sé el por qué me retiré. Y que al cabo de unos meses comencé a estudiar otra carrera distinta, que se podría decir que a la final si tienen algo en común. Pero, ajá, ni yo sé por qué comencé a estudiar otra vaina si mi casquillo era lo de estudiar de noche y toda esa paja. Pero en fin, comencé con esta carrera, de pinga por cierto, la verdad esta carrera me gustaba pero como un plan B, como un: nah, luego, luego… de esas profesiones que lo tomas como algo de ocio, hobbie. Pero bueh, comencé de pinga y ya casi a mediados aflojé de nuevo la turbina. Ya no era esa misma emoción. Otro más que dejaba sin culminar y queriendo seguir que es lo más arrecho.

Pero sí, es a eso a lo que me refiero. CUATRO años se me pasaron por esa marikera, consiguiendo PEROS, dejándolo para después, la bendita flojera de mierda que no deja que yo pueda culminar las vainas, o será… ¿Falta de vitaminas? ¿indecisión? ¿Confusión? ¿Inseguridad? ¿El no saber aún que es lo qué coño quiero?. ¿Que pensando que la madurez prematura que creí tener no es realmente cierta? Y viéndolo desde este punto, es contradictoria la vaina porque si pensando que era “prematuramente madura” ¿por qué estoy como estoy, sin nada? Pero, mi pregunta es: ¿Cómo hago? ¿cómo comienzo a hacer las cosas y luego terminarlas? ¿Cómo aprendo hacer constante? ¿Cómo aprendo a no decir: Más tarde lo hago?.

“Todo tiene un principio y un fin. Yo no lo encuentro”.