Mamá, más tarde lo hago.



Inconstancia.


Siglos sin entrar por acá y se me ha hecho acto de presencia ese gusanillo loco de volver a escribir. Eso me pasa constantemente, comenzar alguna cosa y no estar persistente en ello. Y si me pongo analizar bien la vaina, así es y ha sido, hasta ahora, mi vida: un comienzo que nunca termino. Es raro, pensé que solía suceder solamente a la hora de escribir, pero resulta que no es así; pasa con mis relaciones, con mis actividades cotidianas, con mis estudios… siempre dejando las prioridades para más tarde.

Lo peor es que lo sé y no hago ni el más mínimo esfuerzo para remediarlo. Creo que se me olvida. Y NO ES EXCUSA, lo sé, pero pasa.Por ejemplo, como escribir. Desde hace algún tiempo creé este blog, siete meses si no mal recuerdo; con la intención de plasmar todas las cosas buenas y malas que han sucedido en mi vida y que quizás algunas personas han pasado por algo parecido y quisieran compartir conmigo. También, para que los mismos protagonistas de mis relatos, si alguna vez llegan a leerlo, sepan que forman parte de mí. Entonces, el punto es que dejé de hacerlo. Dejé de escribir acá, me olvidé que a lo mejor “tengo” seguidor@s que siguen o seguían una a una de mis historias o anécdotas loquísimas y que retomo cuando se me da la real gana. Todo siempre ha sido así y es a lo que voy y caigo y me enrollo. No soy constante y puedo, en este caso, a perder mis seguidores. No soy firme en las cosas que hago, no las mantengo activas. Y sí, quizás, tomé como ejemplo este, y parecerá absurdo pero para mi significa mucho.Acá les va otro ejemplo para ver si me entienden un poco más a lo que me refiero. Mis estudios. Desde hace cuatro años estoy tratando de estudiar una carrera que desde pequeña me fascinaba, al extremo que para mis siete años de edad ya leía libros sobre el mismo. Era impresionante y me decía constantemente: Cuando sea grande quiero estudiar esto porque me gusta y porque hay campo y podré ganar platica – el dinero siempre por delante – y pensaba esa mierda a mis siete años; es arrecho, es arrecho jajajajaja...Llegué a mis diecisiete, me gradué de bachiller y vaina, y me consiguieron, casi que enseguida el cupo para la carrera que ansía desde pequeña. Contentísima pal coño me puse, el peo es que era en otra ciudad, pero qué carajos, era la carrera. Me mudé y entre una que otra inquietud me decía a mi misma: es la carrera Yanerlys, no pongas PEROS y estudia que esto es lo tuyo. Pero que va, los PEROS pudieron más, que si la gente, que si el ambiente, que si esto, que si lo otro… y bueh, me regresé a mi ciudad natal. Pensé que regresándome ahora sí iba a estudiar, que sí le iba a echar bolas estudiando lo que tanto deseaba desde niña. Pero no fue así, trabajaba y estudiaba. Estudiar en la noche es jodidísimo. Es de admirar a las personas que lo hacen. Qué arrechas son. Yo la verdad no pude, quizás también aportó mi flojera algo en todo esto. Porque si al haber vamos, yo no era la única que estudiaba de noche son cientas que también lo hacen y miles que ya se han graduado. Y es que no hay excusa, no la hay y yo misma me odio por eso.Decidí retirarme, no me pregunten el por qué, pero lo hice. Obviamente, la familia me cayó toda encima. Que si esa era la carrera que te gustaba tanto por qué te retiraste, que si tu hermana estudia contabilidad te podía ayudar (sobreentendido que soy mala para los números), entre otras más habladurías…Ok, la vaina es que ni yo sé el por qué me retiré. Y que al cabo de unos meses comencé a estudiar otra carrera distinta, que se podría decir que a la final si tienen algo en común. Pero, ajá, ni yo sé por qué comencé a estudiar otra vaina si mi casquillo era lo de estudiar de noche y toda esa paja. Pero en fin, comencé con esta carrera, de pinga por cierto, la verdad esta carrera me gustaba pero como un plan B, como un: nah, luego, luego… de esas profesiones que lo tomas como algo de ocio, hobbie. Pero bueh, comencé de pinga y ya casi a mediados aflojé de nuevo la turbina. Ya no era esa misma emoción. Otro más que dejaba sin culminar y queriendo seguir que es lo más arrecho.

Pero sí, es a eso a lo que me refiero. CUATRO años se me pasaron por esa marikera, consiguiendo PEROS, dejándolo para después, la bendita flojera de mierda que no deja que yo pueda culminar las vainas, o será… ¿Falta de vitaminas? ¿indecisión? ¿Confusión? ¿Inseguridad? ¿El no saber aún que es lo qué coño quiero?. ¿Que pensando que la madurez prematura que creí tener no es realmente cierta? Y viéndolo desde este punto, es contradictoria la vaina porque si pensando que era “prematuramente madura” ¿por qué estoy como estoy, sin nada? Pero, mi pregunta es: ¿Cómo hago? ¿cómo comienzo a hacer las cosas y luego terminarlas? ¿Cómo aprendo hacer constante? ¿Cómo aprendo a no decir: Más tarde lo hago?.

“Todo tiene un principio y un fin. Yo no lo encuentro”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

- ATACA -