Mi "Prubita de amor"

- No, no hija, no se lo dé al primero que vea -.

Así me decía mi papá a los once. Yo fui muchacho y sé lo que es que te tomen como mujerzuela. Dirán: ¿Esa? Esa me la cojí yo. Porque hija, somos hombres y nos gusta alardear así sea mentira. Tienes que esperar a ver si es enserio la cosa. Sinó, uh-uh. El hombre busca las mil y una marramuncias para que caigan en sus camas. Tiene que estar más pendiente de eso. El condón y a cuidarse. ‘Pruebita de amor nada”. Además usted está muy chiquita para estar pensando en esas cosas. Espere madurar.
Y pues sí, esa fue la primera y ÚLTIMA conversación que tuve con mi padre con respecto al sexo. Imagino que todo surgió porque mi hermana y yo jugábamos mucho con niños más que con niñas y se la pasaban en nuestra casa. Y bueh, eso fue en unos de esos días…
Mi madre nunca opinó al respecto. Ella sólo decía de vez en cuando: Su padre fue el único novio que tuve, con quien me casé y la tuve a ustedes. Sobreentendiéndose que llegó virgen a su matrimonio.
Mi abuela y mis tías: Cuando tengan su noviecito ellas saben que se tienen que cuidar. El hombre su condoncito y ella las anticonceptivas. Esos muchachos de ahorita no son como los de antes. Los de ahorita, vienen se acuestan y listo, las dejan preñás. Y dígame si saliste con la suerte del apellido. Los hombres que han tenido la mayoría de sus primas, se acuestan con ellas y adió’ luz que te apagaste. Más de una le han hecho: Si te he visto no me acuerdo.
Ok, después todos esos consejos que me dieron mis viejos, mi abuela y mis tías al pasar de los años esos comentarios a uno como que lo cohíbe. Te deja cierta inquietud y más aún si es tu primera vez. Coño, pero ¿cómo hago?. ¿Cuándo sé que debo dársela?. ¿Será que dos meses es suficiente? Es que si… espero más me deja. Entonces uno va confiado de que sus panas lo van aconsejar a uno y lo que obtiene es: No mija, déselo ahorita. Porque el hombre no puede esperar más de una semana sin tener sexo. Si no se lo das, va y te engaña. Claro, tu inconsciente de la vaina porque no sabes nada en la vida de novios, ni de relación, ni mucho menos de sexo. Solo tienes en tu cabeza lo que te dijo tu papá, y una tía reiteradas ocasiones.
No conforme vas y le preguntas a otra pana y te sale: No mana, si él la quiere, que se espere. Y si usted descubre que le montó cacho es porque nunca la quizo. Solo quería estar con usted por una noche y listo.
Pero sale una tercera pana y es más gráfica: Tranquila mujer, vas a botar sangre. Hay veces que son gotitas pero puedes hasta manchar la sábana. Por eso te recomiendo un hotel.
Todas aquellas cosas hacen un tumulto en tu cabeza. Que sí dásela, que si no se la das te deja o te puede, inclusive, hasta montar cachos. Que va a doler y un sin fin de interrogantes.
Y qué haces a la final: DÁRSELA. Como dice uno en el colegio: “Para salir de ese peo de una buena vez”, con tal; es una telita.
En mi caso, fue los diecisiete con mi primer novio. Ya como a casi dos meses de noviazgo. Y fue por la bendita odisea esa de las interrogantes y las “panitas” que me gastaba. Ah, sin contar mi prima y su: ESO ES LO MÁS RICO EN EL MUNDO MUCHACHA.
Yo, enamorada al fin, le acepté la invitación a su casa: Claro mi amor, yo voy. “Podé el césped”, bien bañaíta y entalcaíta. Perfume por aquí, por aquí y porsiacaso. Ok, llego a su casa. Y más vale que no. Manitos iban y venían. En ese momento, a ti se te olvida, consejo de papá, mamá, amigas, toda vaina cuando un hombre te comienza a tocar. Comenzaron aquellos besos ansiosos, desesperantes; en lo que reconocí, que yo podía llevar el control del asunto y paraba un poco. Suave, suave le susurraba
Aquí no valió lo que halla leído anteriormente a ese día. ¿Cosmopolitan? ¿Seventín? ¿Vanidades? No, nada de eso. A mi me ayudó es besar cada punto para encontrar sus puntos erógenos. Y allí me afincaba más. Era como jugar al doctor: ¿Te duele aquí?, ¿aquí?, ¿y aquí?. Y así sucesivamente…
Ok, la vaina no era conmigo… yo me enfocaba para darle placer a él. Hasta aprendí sexo oral. Él me guío. Ni puta idea en la vida como se hacía. Pero yo me las ingenié y deduje rápido: Eso se lame compái. Y poraí me fui… Pero nada, todavía no llegaba mi parte de la acción.
Luego de todo aquello. Lamiditas, mordisquitos, besitos chiquititos. Llegó mi turno.
Ay cristo santo, exclamé en mis adentros. Ese muchacho me tiró pa’ tras. Y comenzó la búsqueda del tesoro prohibido. De antemano sabía que era virgen.
Él ya había estado con una anterior. En la que fue, vale destacar – su primer amor, novia y hasta perdió su virginidad con esa chica -. Ahora me tocaba a mi.
Debo admitir, que su niño no es tan chiquito ni flaquito. ES UN MONSTRUO. Es una vaina inimaginable. Y no es que alabe al respecto. Porque los que lo conocen capaz van y le dicen: Mira, LaMorocha anda vendiéndote por su blog. Arrecho no se va a poner, pero tampoco es la idea.
En fin, cuando comenzó tal penetración. ¡Válgame Jesuscristo!, aquél dolor infernal. Peor de cuando me mordió el perro. Me sentía incómoda. Nada más el filito y aquél dolor mi hermano era pa agarrá’ palco. Pero yo no. DALE QUE TU SI PUEDES. Que va, nerviosos decidimos parar. Le digo: Amor, el niño es muy grande y gordito y mi niña es chiquita y encogidita. ¿Cómo le hacemos? Él, exitado al fin, me dice: Intentemos de nuevo.
Mire señores, cuando NO SE PUEDE, NO SE PUEDE oyó. Ése muchacho se ha afincó más. Estaba como arrecho porque no podría pasar el niño completamente. No le importaba mis gritos de dolor, no le importaba mis ganitas de hacer pipí. Imagino que pensaba en el momento: es hoy, porque es hoy. Yo: para mi amor, para. Podemos dejarlo para otro día. Tranquilo.
Nah, que va, esperamos un momento. Fui hice pipí y esperó que se me pasara el dolor. Debo aceptar que parecía a esos pingüinitos de bon ice jejejejeje. Pero en fin. Al rato comenzó de nuevo las metiditas de rigor. Besitos y mariquera. Y otra vez a ver si por fin se podía. Ok, yo me agüanté de las sábanas lo más que pude y listo. Pasó. Le dimos matraca hasta por cinco o diez minutos para que fuera agarrando juicio jejejejeje. Lleno de sangre y todo. No fue mucha pero lo suficiente para traspasar a su colchon jejejejeje. Él parecía que tuviese la menstruación y yo también jejejejeje.
Él, nervioso, pero con aquella sonrisa en su cara que me lo decía todo. “Fui el primero, la marqué”. Y yo, ingenua de momento me decía: él sabe que le fui virgen, soy su segunda virgen; debería de apreciarlo…
Terminó todo aquello y era hora de irme a casa. No nos pronunciamos palabra alguna. Hasta que nos acercamos a una parcela abandonada. Él sacó del bolsillo su interior lleno de sangre y lo arrojó. Yo al llegar a casa, no boté mi pantaletica. La lavé y dije: Contigo pasé mi pruebita de amor…

Móntame cachos pero no me dejes.

Si tu eres arrecho, yo soy más que tu.




Bueh, la palabra cachos. Algunos le temen y otros lo toman como un simple juguetéo carnal.

Yo por mi parte, viví eso una o dos veces. O eso es lo que creo hasta ahora.

La primera vez que le pegan los cachos o que se tiene idea de que se los están pegando, siempre uno lo recuerda. Por ejemplo, acá va mi anécdota.

Pasó con mi primer noviecito, sí, el mismo de siempre – el de casi todos mis escritos jejejeje-, era un día tal como cualquier otro, la única diferencia es que lo recuerdo exactamente tal como es. Viernes, de tarde y a las cinco y pico. Me voy a conectar el Cyber que queda cerca de la casa donde me residenciaba para conversar con él y tal. Ok, bien. Una vez sentada que comienzo hablar con él, le digo que ponga la web cam. Fino, la puso. Como ustedes sabrán hay cierto cybers que sus cubículos son abiertos y que en una de esas tu puedes ver – sin querer- lo que el de al lado está haciendo. Bueh, tal cual. Pero en mi caso era una chica.

Ella echa la mirada hacia la pantalla y me pregunta: ¿Qué es él tuyo? Y yo con mi cara de asombrada le respondo: ¿Por qué? Ella: Es que yo lo conozco, ¿se llama Idioto? Y yo: Sí. Prosigue: Es que lo vi ayer, él se citó con una amiga y yo la acompañé. Él es el que tuvo un noviazgo de cinco años con una chama. Es webmaster, él es de ese país donde comen mucho ajinomoto y ajíes picantes…

En cuánto me contó casi toda la historia – parte me la sabía- le dije: Te pondré la cámara a ver si te reconoce. Le escribí a él: Idioto, al lado tengo una chica que dice que te vió ayer. ¿Ve si la reconoces?. Voltié la cámara y la enfoqué. Me negó hasta al final que no la conocía. Le escribí el nombre de ella y la de su amiga y me respondió: NO, ESTÁS LOCA, EN MI VIDA HABÍA VISTO ESA CARAJA. SEGURO ME CONOCE POR LA RADIO E INVENTA ESAS VAINAS. Quitó la cámara y en seguida suena mi celular. Antes de atenderle le dije a la chama: SABES, GRACIAS. Me paré, pagué y me fui fuera del lugar.

Nosotros éramos la típica relación de que terminábamos, volvíamos, terminábamos, volvíamos. Así que, no duré en decirle cuando le atendí el celular: VETE A LA MIERDA. Le colgué. Insistió llamándome. Dos o tres veces dejé que sonara. Estaba aún en shock. No sabía qué hacer, pues, era la primera vez que me pasaba. A la cuarta le atendí: Dime. Él: Si no me crees haya tu. Te estoy diciéndo que no la conozco. Así que, así no podemos seguir. A LA MIERDA TODO.

Dicen que hay que tomar en cuenta en cómo te dicen las cosas – claro, que al parecer en mi caso, malinterpreto – Noté en su tono de voz, voz de arrepentimiento. Voz de que de verdad no lo había hecho. Pero entons, ¿cómo esa chica sabía casi toda su historia? ¿Cómo coñoelamadre sabe tantos detalles? Pero bueh, lo que hace el amor. Tomé el cel y le envié un msj: Dime la verdad, solo quiero que me seas sincero. Sí te citaste con la chica, no importa. No me molestaré. Porque la relación se basa en confianza. Lo que sí quiero es que no vuelva a suceder. Él: Piensa lo que te de la gana. Si te digo que no me vi con nadie, es por que no. Dejé de responderle. Pensé que aún estaba molesto y tal y aparte me picó ese mensaje así que me dije: Mañana amanecerá y veremos.
Tipo dos de la mañana me suena un mensajito: Porque es tan cruel el amor… (trozo de una canción de Ricardo Arjona). No le respondí y seguí durmiendo.

Al día siguiente, me llama y nos vimos. Hablamos y con esos ojitos marrones miel y su manía de enrrollarse en mi pierna. Lo disculpé. PERO, yo seguía con esa espinita clavada en la piel que de dónde coño había conocido esa caraja.

Bueh, dejé pasar todo aquello. Pero pasó una segunda vez. Y esta vez me mintió y lo sabía.
Él no vivía en la ciudad, sinó en un pueblito a cuarenta y cinco minutos de allí. Y me dice: Yaner, no voy a viajar para allá. Me quedaré en casa. Yo: Ok, fino…

Estando yo en casa de unos tíos, escuchando música y tal sale un locutor y dice: Un saludo a Idioto que se encuentra aquí con nosotros con los muchachos de la banda TAL. Y yo preguntándome si hace unos minutos me dijo que se había quedado en su casa. Lo peor, es que en ese grupito estaba dos chicas, una alcahueta de otra. Que él había tenido sus jujús.

Yo me enervé. Mi sangre hervía, inmediatamente agarré el cel y le envié un msjito: CON QUE ESTÁS EN TU CASA,NO? Me respondió: Conéctate, necesito hablar contigo. Yo: No puedo. Enseguida llamó. Bueh, me dijo miles de excusas; alegando que era porque necesitaban su voz para un intro y que si me decía que estaba allí me iba a alterar porque estaba una chica a quien le tenía cierta vaina. Excusas en las que, ahorita, las recuerdo y me pego en la frente por ser tan gafa en la vida.

Pero a raíz de eso, no sé que me pasó. Al saber que me había mentido y que sí lo admitió. Me volví cínica, irónica. 

Me decía dentro de mi: Si tu eres arrecho, yo soy más que tu. Seré la más cabrona de todas, pero ya veré como le hago. Y no es que sea vengativa. Simplemente que para ese momento sentía que no lo quería dejar y darle una lección. En reducidas palabras: Móntame cachos pero no me dejes…
Y el día siguiente nos vimos. Estuvimos juntos y le hice el sexo con arrechera. Lo exité y en cuánto ya estaba a punto de dejarme penetrar le dije en la oreja cálidamente: VETE A LA MIERDA. Con una sonrisa que era inevitable quitarme. Me vestí y me fui de allí.

Días estuvo llamándome, impaciente, me escribía, hacía de todo para tratar de hablar conmigo. Hasta que cedí. No aguantaba más no poderlo besar. Ya sentía que lo extraña jejejeje. Bueh, nos vimos. Y hasta hora, mantengo, que el mejor sexo son los de reconciliación.

Luego de todo eso. ¿TERCERA? Sí, me hizo otra vez una mala jugada. Pero eso si fue el fin de los fines. Y lo peor que fue él quien me dejó. Teniendo culpa.

Fui/soy ingenua, y creo que unas de las cosas por las que me dejó fue por eso. Nunca le monté cachos. Más sus Y QUE amigos me tentaban. Pero jamás le fui infiel.

Y doy fe, que luego de él. Mi segundo noviecito tampoco le fui infiel. Como le dije a un panita recientemente: No hago lo que no me gustaría que me hicieran a mi.

Besos para ti mi idioto favorito…

;)


PD1. A la final, quién se "vengó" de mi fue él. jejejejejeje
PD2. Hasta el sol de hoy él todavía me dice: QUE NUNCA ME ENGAÑÓ CON NADIE... ¿De creerle?

En una tienda de zapatos.

Qué bolas tienes tú.



Así comienzo este post que desde hace algún tiempo no escribía, un sábado por la noche, justo cuando el reloj marca las 11pm y me entra esas ganitas de escribir… y sí, algo me inspiró hacerlo. Mi chico de veintitantos…

No lo he vuelto a ver desde hace mas de 4 meses – já, mucho tiempo, no? – y es que no sé si parecerá casualidad, pero no lo veo desde que escribí mi último post sobre él (El mismo de la parada de autobuses). Ajá, 4 meses, pero teniendo como 2 meses y pico que no lo veía; en un centro comercial concurrido aquí en la ciudad, lo vi, estaba en una tienda de zapatos, el mismo en el que yo me encontraba. Entró con una chica, les mentiría si los vi agarrados de mano, pero sí, llegó con ella. Yo estaba agachada midiéndole unas sandalias a mi madre, lo tenía tras mío, se me sentó en la silla de al lado Y TODO, yo tratando de no verlo. Creo que más era el susto que lo reconociera mi mamá o mi hermana, que yo, pues el año pasado mi madre lo conoció, una sola vez, pero lo conoció y mi hermana solo por foto. Entonces, yo ahí asustada dando la espalda. Luego de un rato se fue. Yo quedé media dolida, tres días antes me había enviado un mensajito de texto diciéndome que me quería ver y estar conmigo. Si les soy sincera, nuestra relación no era formal, salíamos, estábamos juntos, pero nada así como para decir que éramos “Novios”. De igual forma, dolió…

Lo peor no fue ahí, fue cu
ando salí de la tienda de zapatos. Me lo consigo de frente. Sé que me vio y esperando su cara de sorpresa le hice el gesto esperado, el de: qué bolas tienes tu. De su parte, evadió mi mirada y sacó su celular para disimular – descarado hijoeputa-.
La vaina es que hace algún tiempo he tratado de que salgamos más y estar menos en su apartaco. Y ahora me encuentro con esta vaina. En fín, eso pasa… que lo que uno quiere que el hombre haga con uno, él viene y lo hace con la otra. Qué mierda…
Mis continuos rollos con él, no es tanto que me iba a “engañar” por decirlo de alguna manera, obviamente que estábamos a la expectativa de que algunos de los dos pudiera tener su jujú aparte, pues él, no daba la iniciativa de algo serio, y… pues yo como siempre, la jodida del cuento, era la que lanzaba flechas de iniciativa, pero que va, nada.
El rollo era más que eso, era porque no salía conmigo a diferentes lugares como solíamos hacer antes. Todo era estar en su apartaco, con una botella de vino, musiquita y desnudos… no suena mal, pero coño, yo quería compartir en otros sitios con él.
Lo peor que pude haber dicho una vez fue: “Ya eres adulto, veintiocho años es para ya tener una relación seria, hasta casado y con hijos…madura, ensériate. Yo soy una carajita que ni primer semestre tiene aprobado, trabajo, pero con todo y eso no tengo sueldo fijo. ¿Quieres eso?. Tampoco quiero que me tengas como “amante” porque no, no quiero. Tampoco con esto digo que te cases conmigo y tengas hijos, pero sí anda pensando en familia, tienes edad para eso”.
La cagué, no? Jajajaja… Yo siempre la cago. Qué jodida soy.
A raíz de todo ese cuento de la zapatería, como a las dos semanas de haber pasado aquella vaina, me lo conseguí en el MSN, conectado pero desde una de esas páginitas que puedes tener acceso a la misma. Decido preguntarle en forma de broma, que por qué no me saludó cuando nos vimos y que por qué no me presentó a su amiguita. El coñoemadre ése respondió que no me había visto y en ese mismo texto escribió que ya se tenía que ir que tenía mucho trabajo. HIJO DE LA GRAN PUTA, en serio. Me alteré y le respondí: que POR FAVOR, sea serio y si tiene a otra o que ya no quiere tener nada conmigo me lo diga porque sinó se jode conmigo. Qué bolas…

Pero, yo insistía que tenía algo de culpa por lo que le ha
bía dicho antes – que madurara – y en parte me sentía aliviada, pues, la caraja resultó ser una compañera de trabajo en la cual yo conocí en una de esas salidas nocturnas con él, jajajajaja, y lo peor, que medio le tenía idea porque cuando la conocí sentí alguna química entre ellos. Pero bueh, a la final se había decidido por mi y toda la cosa… pero ya veo que no, jajajaja, fue a ella.

Han pasado siete meses desde
esa última vez. Desde hace un par de semanas, me dio por enviarle un msjito, pues él me había escrito por una pág y decidí responderle pero por medio de msj de texto. – REAPARECIÓ – pensé. En fin, para mala suerte mía me responde que quién soy – mi cara de: qué es esto no fue nada agradable. Y al pasar unos minutos, llamó. Le atendí, creo que su voz se escuchaba algo nervioso cuando distinguió mi voz. Al saber que era yo preguntó lo “típico” que cómo estaba y toda la cosa y finalizó su llamada diciéndome que me volvería a llamar porque no estaba en la ciudad y se escuchaba interferencias – no le creí-

Resulta que sí, sí llamó. Obviamente, que yo sorpren
dida pero bueh, comenzó a decirme que me quería ver y que cuándo podría ser. De repente no sé de donde le salió decir que como ese misma semana era el “día del amor” qué mejor día para vernos y estar juntitos. Ok, ya va, mi cerebro no coordinaba. Se imaginaran mi cara de WHAT THA FOCK de la vida. Pero bueh, acepté.

Llegó el día y saben, la pasam
os en SU APARTACO, ESCUCHANDO AMIGOS INVISIBLES, CON LA BOTELLA DE VINO y DESNUDOS. Nada cambió…
PD. Hace un año y un poquito más de este post.

No me exita.

IDIOTA.


Hace un par de semanas atrás mi chico de los veintitantos reapareció. Normal en él. Nos escribimos, pasando horas y horas hasta el amanecer y luego, pum, desaparece. Pasando así dos o tres o cinco meses sin escribir. Lo peor no es eso, sinó que, cuando aparece es como si no hubiese pasado nada. Olvidando de su venida para acá. Que por más que me perjure que vendrá no viene. Dejándome así, viendo pa’los láos. En fin…

Pero esa última vez que hablamos me dejó algo inquieta. Hablábamos si en estos casi un año – creo, ya ni recuerdo la última vez que estuvimos juntos – si habíamos estado con alguien más. Yo siempre siendo clara y sincera le respondo que sí. Nada del otro mundo. Solo fue sexo por una noche y listo. En lo que él me responde: ¿Cómo fue? ¿En dónde? ¿TE LO HIZO MEJOR QUE YO?. La última pregunta fue la que más me impactó. No sé por qué… 

Quizá algunos dirán: Eso es normal saberlo y otros que piensan al igual que yo, dirán: Qué retorcido.

Ahora bien, yo no es que sea la mata de la experiencia en cuanto a relaciones de noviazgo, sexo y todo eso que implica. Pero, ¿por qué saberlo? ¿Qué ganas con saberlo? Puedo mentir como también puede que no. Allí entramos a lo que llamamos mentiras piadosas: decimos lo que ellos quiere que le digan. O puede ser todo lo contrario.

Lo más depravado en la vida fue cuando me escribió: Cuéntamelo todo que luego te cuento el mío.

Ok, pero, ¿por qué saber cómo se lo hiciste a aquella chica de “las tetas sacan la cara por ella” como él bien me dijo?. No lo entiendo, en serio…

Luego de eso. Me nació escribir esto:

Tu “anécdota” con esa mujer no me exita.
No me exita porque no es conmigo;
No me exita porque sé que lo disfrutaste,
No me exita por el simple hecho que cada suspiro tuyo no era para mi;
No me exita porque cada gota de sudor que brotaste no era por mi calor,
No me exita porque cada caricia/roce que diste no era para mi cuerpo;
No me exita porque los besos que diste no eran para mis labios;
No me exita porque simplemente no era yo...