Punto de encuentro: Parada de autobuses

Nuestro primer punto de encuentro: La parada de Autotobuses.


No sé si deba relatar de cómo conocí este chico -el que hace que todos los días me nazca esas ganitas inmensas de verlo cada día más- aunque habrán algunos curiosos que querrán saber como lo conocí, lo sé.

Nos conocimos por MSN, jajajajaja, sí, otra vez. Pero este es distinto. Me agregó en uno de esos días depresivos míos que quería mandar todo a la mierda y que deseaba retroceder el tiempo, mientras que él renunciaba a su frustrante promesa de no volver a tirar más y conocer nuevas personas “interesantes” con quien hablar.

Casi inmediatamente nos conocimos en persona. Se había mudado para acá. Venía de vivir de otra ciudad y quería conocer nuevos ambientes, otras gentes y acá estaba yo, como buena guía turística, qué perdición vale, jajajajaja…

Cuando nos vimos por vez primera, fue loco, recordarlo me hace retorcerme de la risa. Fue de noche y día de semana, no había tenido clase y mi provocación de conectarme era incontrolable. Se abre su ventana rápidamente y me pregunta que hacía conectada, pues le extrañaba. Luego de haberle dado respuesta, me dice: Vamos a vernos!. Yo como no tenía nada que perder le dije que sí. El punto de encuentro una parada de autobuses jajajajaja…

Pasaban las 7 de la noche, él estaba esperando en la parada viéndo hacia los lados, recuerdo que me acerqué y le pregunté: ¿eres tu?, enseguida me abrazó, fuerte, como nadie lo había hecho antes. Estaba “algo” nerviosa, bueno, la verdad no lo creo, no dejaba de hablar pendejadas y sentía un calor insoportable, mientras que él solo se preocupaba de buscar un lugar para sentarnos y tomarnos alguito. Caminamos que jode, los lugares que podrían ser un buen sitio estaban cerrados o no había lo que nos apetecía. Yo no dejaba de hablar. Me recuerdo de la cara de él cuando entramos a un restauran chino, jajajajaja, la smirnoff es a 5 mil señor dice el mesonero, quéeee, muy caro, vamonó’ jajajajaja…


Llegamos a uno después de tanto darle ruleta a los pies, fue cuando por fin nos sentamos. Él pidió su tan preferida bebida, la smirnoff, yo pedí lo mismo, no tengo favoritismo con alguna bebida (para ese entonces). Encendimos nuestros cigarros y comenzamos a hablar, ahora sí me prestaba atención, antes por el ajetreo y toda la cosa no lo hacía. Y bueno, ahí nos quedamos hasta que se hizo hora de regresar a casa.

Llevamos dos años conociéndonos pero nos hemos visto en pocas oportunidades; ya no era en paradas, ojo jajajaja, ahora es en lugares más presentables como en el cine, locales nocturnos y en su apartaco. Las hemos pasado muy bien juntos pero compartido poco. Algunas veces me pierdo que no quiero saber nada ni de él ni de nadie pero regreso como siempre con ganitas de verlo más.

Se sorprenderá si se entera que aún guardo recuerdo de la primera vez que nos conocimos, jajajaja en una parada de autobuses.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

- ATACA -